Partiendo de
pequeñas reflexiones me pongo a pensar si es necesario dejar de ser únicos y auténticos para pasar a ser la estandarización de la belleza que proponen los cirujanos.
Obviamente si estamos en una sociedad es porque estamos sujetos a las reglas que esta misma impone, lo que sucede es que muchas personas han logrado tener una vida con mayor plenitud con el hecho de haberse hecho una cirugía estética, pero nadie habla de las personas que sufren luego de haber cambiado algún aspecto de si mismo.
Las personas que por lo general sufren esta depresión postoperatoria son aquellas que cambian una parte de su rostro por medio de
rinoplastias , infiltraciones en los labios o pómulos. Lo que sucede es que las personas al desligarse de un rasgo tan característico se sienten ajenas a su imagen trayendo gran tristeza. La parte positiva de esto es que es solo una etapa que todos superan.